Sale un borracho de un bar, arrastrándose por el suelo. Va por la calle y sigue arrastrándose. Cuando llega a casa se arrastra por el pasillo. Entra en su habitación y se arrastra hasta su cama. Se acuesta como puede y se duerme enseguida. A la mañana siguiente, su mujer le dice:
—¡Vaya borrachera la de ayer!
—¿Yo? No…
—No lo niegues. Acaban de llamar del bar diciendo que te olvidaste la silla de ruedas.
Categoría: Impactantes
Un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, un zoófilo y un pirómano están sentados en el jardín de un psiquiátrico.
Sin saber cómo ocupar su tiempo, y aburrido, el zoófilo dice: —¿Y si nos follamos un gato?
Entonces el sádico dice: —¡Eso, vamos a follarnos un gato y después lo torturamos…!
El asesino agrega: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo y después matarlo!
El necrófilo: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo, matarlo y después lo follamos otra vez!
Y el pirómano: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo, matarlo, volver a follarlo otra vez y prenderle fuego!
Se hace un repentino silencio, y todos miran al masoquista y le preguntan: —Y tú, ¿no dices nada?
Y el masoquista dice: —¡Miauuu!
Terremoto en Lepe
En el cuartel de la Guardia Civil de Lepe se recibe un telegrama desde el Centro Sísmico Nacional, que dice:
Posible movimiento sísmico en la zona. Stop.
Muy peligroso, superior Richter 7. Stop.
Epicentro a 3 Km de la población. Stop.
Tomen medidas. Stop.
Informen resultados con urgencia. Stop.
Pasan dos días… Una semana… Un mes, y se recibe un telegrama en el Centro Sísmico Nacional, que dice:
Aquí Cuartel Guardia Civil Lepe. Stop.
Movimiento sísmico totalmente desarticulado. Stop.
El tal Richter 7 intentó huir y fue abatido a tiros. Stop.
Epicentro, Epifanio y tres compinches detenidos. Stop.
No hemos contestado antes, porque hubo un terremoto de la hostia. Stop.
Niño blanco
Una mujer negra está en la cocina, y su hijo negro la mira y coge un poco de harina y se la esparce por la cara…
—Mira mamá, soy blanco —la madre lo mira y le da un bofetón…
—Ahora vete a ver a tu padre.
El niño va a ver a su padre, el cual está leyendo un periódico…
—Mira papá, soy blanco —el padre lo mira y le da un puñetazo…
—Ahora vete a ver a tu abuela.
El niño va a ver a su abuela…
—Mira abuela, soy blanco —la abuela lo mira y le da una paliza de fliparlo…
—Ahora vete a ver a tu madre.
Cuando el niño llega donde está su madre, ésta le pregunta:
—Y bien hijo, ¿qué has aprendido con la lección de hoy?
—Pues que llevo 5 minutos siendo blanco y ya os odio a todos, ¡¡negros hijos de puta!!
Chiste de abogados
Caminaba el hombre cabizbajo pues le habían echado de su octavo trabajo.
Y, ni en este ni en los siete anteriores, había llegado a durar una semana. Su mujer, que se había casado con él en una noche de borrachera, le había abandonado tan sólo dos días después. Su único hijo, producto de esa misma noche de borrachera, le odiaba y no quería saber nada de él.
Hasta sus amigos le habrían abandonado si alguna vez los hubiese tenido.
Se podría decir que estaba deprimido y desesperado y decidió lanzarse al Manzanares.
Tomó carrerilla y al ir a saltar, escuchó una vocecilla:
—¡¡Nooo!!, ¡¡no lo hagas!!
Sobresaltado, paró. Luego pensó que habría sido su subconsciente y volvió a tomar carrerilla. De nuevo, al ir a saltar, escuchó la vocecilla que le decía:
—¡¡¡Nooo!!, ¡¡por favor!! no lo hagas. ¡Si saltas, me aplastarás!
Se asomó y allí lo único que vio fue una enorme rana que le estaba hablando. Y le contestó:
—Mira, es que resulta que quiero suicidarme.
—Bueno, pues si de todas formas te vas a suicidar, antes podrías hacerme un favor. Resulta que no soy una rana, sino un humano que sufre un encantamiento. Para romper el encantamiento lo único que tienes que hacer es darme por culo.
—¿Dar por culo a una rana? ¡Qué asco!
—¿Qué más te da si te vas a suicidar? Así haces una buena obra.
Así que aquel buen hombre cogió a la rana, se escondió con ella en un váter público y comenzó a romper el hechizo dando por
culo al animalito.
En esto que el hechizo se rompió y la rana se transformó en una niñita de catorce años que chillaba como una loca…
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—Y esta es la versión de mi defendido, señor juez.